Internet de las Cosas: un concepto que trasciende a la tecnología y cambia el modo de vivir

Internet de las Cosas: un concepto que trasciende a la tecnología y cambia el modo de vivir
Hoy existen 13.000 millones de dispositivos adaptados al mundo IoT.

¿Qué significa conectar todo con todo? ¿Cómo cambia IoT la vida cotidiana? ¿La infraestructura actual soportará el crecimiento de IoT?

En los últimos años se ha visto cómo la innovación ha tenido injerencia en las formas en que se reconfiguran los países, las religiones, la economía y, a una velocidad sin precedentes, la propia tecnología. Se han dado cambios en todos los aspectos de la vida, generando procesos disruptivos en la sociedad y en el mundo empresarial en su conjunto. Han surgido nuevas formas de consumir, de comunicarnos, de movilizarnos, de trabajar y también han surgido conceptos cuya impronta va delineando la evolución de las ciudades, de los gobiernos, de los negocios y de la propia vida. Es el caso de Internet de las Cosas, Internet of Things o IoT, como se lo conoce más comúnmente.

¿Cómo impactará IoT en el negocio de las empresas? ¿Cómo repercutirá en la vida cotidiana?¿Y de qué modo en la economía de los países? ¿Cuál es el estado de situación del mercado IT en la actualidad? ¿Cuál es la estrategia, si es que la tienen, de las empresas tecnológicas para ser parte y sacar provecho de una tendencia que promete millones y que obliga a ser parte de ella para no quedar en el camino? Estos son sólo algunos de los interrogantes que surgen al hablar de IoT.

Internet de las Cosas es una forma de referirse al concepto que plantea la idea de conectar objetos de uso cotidiano a Internet y, a la vez, entre ellos mismos. Esto, desde el punto de vista tecnológico; pero la tecnología es sólo una de las aristas que atañe a este concepto que, poco a poco, gana terreno entre las empresas. De hecho, los economistas hablan de una “economía del compartir”, un cambio paradigmático que busca mejorar la calidad de vida de los usuarios, que, además, es aplicable a varios mercados verticales.

En la primera revolución industrial los cambios sociales se basaron en tres grandes pilares: el transporte, la comunicación y la energía. Luego, la segunda revolución trajo consigo un avance técnico y científico que actuó como su eje central. Hoy, vivimos una tercera “revolución industrial” que tiene como protagonistas a Internet  y a las energías renovables.

Al respecto, Jeremy Rifkin, se refiere en su libro “La Sociedad del Coste Marginal Cero” a la aparición de un nuevo sistema económico en la escena mundial, el procomún colaborativo, un paradigma económico que está transformando la manera de organizar la vida económica de los ciudadanos y ofreciendo la posibilidad de democratizar la economía mundial. En una de sus conferencias magistrales, el economista planteaba: “La apertura es lo que ha hecho de Internet un éxito. Asegurar que todos tengan acceso a la red y que nadie sea discriminado es esencial para proteger la inclusión universal. Tenemos que garantizar un conjunto de códigos, reglamentos y estándares para promover la para promover la interoperabilidad. Los intentos de cerrar partes de Internet de las Cosas son totalmente contrarias a lo que genera esta tecnología, un cambio de juego para la sociedad”.

Es cada vez más común encontrarse con aplicaciones en las que distintos objetos se conectan entre sí y son capaces de sensorizar, monitorizar y gestionar datos de forma automatizada. IoT ha dejado de ser un mercado potencial para convertirse en una tendencia consolidada en nuestra sociedad. Ya sea aplicada al transporte, a la salud o a las ciudades y hogares inteligentes, promete ganancias millonarias en el mundo, como consecuencia de las inversiones que empresas y organismos están llevando a cabo en torno a ella.

IOT

En esta línea, según Gartner, en 2020 habrá en el mundo aproximadamente 26 mil millones de dispositivos adaptados a Internet de las Cosas. Para IDC, esa cifra será -para el mismo año- más cercana a los 30 mil millones (de los cuales el 81% serán casas y edificios inteligentes), y se traducirán en un negocio de 1.700 billones de dólares.

En términos de regiones, Asia-Pacífico es el líder indiscutible en lo que respecta a la inversión en IoT, habiendo cooptado más del 40% del total a nivel mundial. En segundo y tercer lugar, se ubican  Norteamérica y Europa Occidental, respectivamente, donde se han invertido 250.000 millones de dólares en 2015. Por otro lado, las regiones que experimentarán el mayor crecimiento en el gasto IoT en los próximos cinco años serán América Latina (26,5%), seguido por Europa Occidental, y Europa Central y del Este.

En cuanto a mercados verticales, manufactura y transporte liderarán la era de Internet de las Cosas en lo inmediato: 165.600 y 78.700 millones de dólares respectivamente. Mientras que, en los próximos años, consumo, salud y seguros serán otros de los mercados que más apostarán por la hiperconectividad.

En América Latina, la categoría de más rápido crecimiento es la de mantenimiento y servicios agrícolas, donde los datos se miden de forma automática, se graban y se transfieren remotamente desde el campo para su monitoreo y utilización por parte de los especialistas. Desde el punto de vista técnico, se vive un momento ideal para  Internet de las Cosas. Es algo que transformará a todo el mundo, comparable con lo que generó Internet cuando surgió.  Desde una visión más comercial, es innegable la proyección que tiene y esto aplica a gran cantidad de verticales.

Auspician este informe

   

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