Estrategia, control emocional y decision-making: skills que entrena PokerStars

Buena comida y mesa de poker con dealer profesional en la casa local de la compañía para compartir habilidades entre el juego y los negocios.

Una partida de poker puede darse en cualquier momento y en cualquier lugar. Jugadores, cartas y fichas son suficientes para un encuentro; pueden asistir pocos jugadores o un grupo numeroso; pueden elegirse diversas variantes del juego que se diferencian por sus reglas y estrategias.

Hoy la variante más utilizada es Texas Hold´em sin límite (NLHE) donde cada jugador recibe sólo dos cartas y puede apostar todas sus fichas cuando lo desee.

Para compartir, enseñar y mejorar en el juego, PokerStars.net realiza encuentros en su casa donde los visitantes conocen más del juego y cómo el poker ayuda en la vida diaria.

El poker es contraintuitivo”, “Ganar o perder no es lo importante, puedo jugar mal y ganar”, “El poker hace tomar decisiones con información incompleta, es un juego de información imperfecta”. Estos son algunos de los conceptos que surgieron en una charla previa a la partida con Andrés Mall, un actuario de profesión que se desempeña como Community Coordinator en Intellipoker -escuela de poker de PokerStars- y transmite su know how en el juego para trasladarlo a la vida diaria.

La práctica del poker entrena habilidades tales como el pensamiento estratégico, el control emocional, la toma de decisiones y la capacidad de negociación. Habilidades que podrán ponerse en práctica también en la vida cotidiana personal o laboral.

Desde PokerStars aseguran que en el ámbito laboral el poker ayuda a mejorar la empatía (capacidad cognitiva de percibir lo que el otro puede sentir) que hará posible inferir qué está pensando o sintiendo el otro y actuar de acuerdo a ello.

Por otra parte, poder controlar situaciones estresantes durante el juego permite ser menos vulnerable a los acontecimientos y participar de modo racional en la toma de decisiones.

Saber escuchar y observar son las claves de un buen negociador. Esas capacidades son las aptitudes que mejor desarrollan los jugadores de poker.

A través del juego entrenamos nuestra memoria: recordamos nuestras cartas, las de los otros jugadores, las probabilidades de poder ganar en cada mano. Todo esto lo almacenamos de forma simultánea en nuestro cerebro y nos obliga a recordar cada vez mayor cantidad de datos que luego podrán ser útiles para encontrar una solución ante cualquier problema.

Más habilidades juegan en la mesa de poker y se trasladan a la vida cotidiana. Ganar o perder son opciones en el juego.

¿El plus? Aplicar lo aprendido entre partida y partida en el entorno corporativo.

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