TikTok se ha convertido en un terreno fértil para las estafas financieras, especialmente las relacionadas con criptomonedas. El amplio alcance de la plataforma, junto con su atractivo para el público más joven, presenta una perspectiva atractiva para los actores maliciosos que pretenden explotar a los usuarios desprevenidos.

Las estafas operan bajo una fachada de legitimidad, a menudo iniciadas con un vídeo falso de una figura reputada que promociona una bolsa de criptomonedas. Se incita a los usuarios a registrarse en la supuesta bolsa utilizando un código promocional, que supuestamente abona en su cuenta una cantidad significativa de bitcoins.

Sin embargo, al intentar retirar estos fondos, la plataforma exige una transferencia preliminar de bitcoin para “verificar” la cuenta del usuario. Sin darse cuenta, las víctimas que cumplen este requisito se encuentran con que no solo no pueden obtener el bitcoin prometido, sino que los fondos transferidos a la plataforma se pierden irremediablemente a manos de los ciberdelincuentes que orquestan la estafa.

El núcleo de estas estafas es la utilización ilícita de la Inteligencia Artificial (IA) para crear vídeos deepfake. Personalidades famosas como Elon Musk, Mr. Beast, Sam Altman, Warren Buffet, Joe Rogan, Donald Trump y Tucker Carlson son suplantados en promociones fraudulentas de bolsas de criptomonedas. Estos patrocinios falsos atraen a los usuarios con promesas de importantes recompensas en Bitcoin, preparando el terreno para el engaño financiero.

El uso malicioso de la IA, en particular de la tecnología deepfake, pone de relieve la creciente sofisticación de los ciber adversarios. Al crear vídeos falsos convincentes de personas reconocidas, los estafadores consiguen manipular la confianza del público. Esta explotación no sólo muestra una tendencia preocupante de las amenazas cibernéticas en las plataformas de medios sociales, sino que también ejemplifica el potencial de la IA para aumentar la eficacia de las estafas financieras. La tecnología deepfake, que antes era del dominio de personas altamente cualificadas, es cada vez más accesible, lo que hace aún más difícil discernir los avales reales de los falsos.

Aunque en un principio se limitaban al público anglófono, estas estafas han trascendido las barreras lingüísticas y se han introducido en regiones de habla no inglesa. Recientemente se han observado manifestaciones de estas estafas en varios idiomas, entre ellos el español, el alemán, el italiano y el francés, lo que refleja un panorama de amenazas cada vez más amplio. La expansión multilingüe de estas estafas significa una amenaza global y subraya la necesidad de cooperación multinacional para hacer frente a estas estafas impulsadas por la IA.

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