En torno a la necesidad de un cambio radical en el sector bancario, lo primero que se debe asumir es que estas instituciones necesitan reinventarse. El estudio “World Retail Banking 2016” del Boston Consulting Group, indica que los milenials, que representan el 32% de la población argentina actual, interactúan con su banco a través de aplicaciones móviles o de las redes sociales.

Sí, el contacto a través de la web es mucho menor, y ni hablar de su vínculo con sucursales físicas, que para los nacidos entre 1980 y el 2000 parece no ser una opción.

Además, los bancos tienen la posibilidad de ser líderes en las plataformas digitales en las que operan, incluso con socios de negocios que interactúan con ellos (como Mercadolibre) si se enfocan en el ecosistema poderoso de posibilidades que tienen las distintas divisiones de banca en la actualidad. Para esto es necesaria una innovación permanente de sus infraestructuras de TI con capacidad de captar el valor real del big data, e internamente adoptar formas ágiles y precisas de trabajo, generando de esta manera una cultura más efectiva y colaborativa entre sus recursos.

Por lo tanto, durante este año veremos cómo la automatización de procesos, dentro de la multiplicidad de tareas que implican una modernización de la infraestructura de TI, será clave en las estrategias planteadas de cara a esta nueva era.

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