Stablecoins: ¿el caballo de Troya de las criptomonedas?

Stablecoins: ¿el caballo de Troya de las criptomonedas?
Las stablecoins tienen una injerencia directa sobre el sistema financiero que las hace un vehículo que ha despertado diversas inquietudes.

Etienne Luquet, director Legal de Moneta Digital, analiza en primera persona la posición de las stablecoins en el mercado de las criptomonedas.

Es común que en el medio financiero e incluso en el medio especializado de las criptomonedas, las personas consideren a las stablecoins como una criptomoneda o como tokens. Nada más alejado de la realidad. Las stablecoins son una figura especial que sigue su propia lógica y que incide directamente en el funcionamiento de los mercados de dinero.

Las stablecoins son o pretenden ser (por cuestiones regulatorias) representaciones exactas del valor de una moneda fiat o de otra criptomoneda. En este sentido, se entiende que el uso de un stablecoin es para todo efecto práctico idéntico al valor de la moneda fiat o cripto que representa.

Existen diversos tipos de stablecoins. Tenemos aquellas que tienen un colateral en fiat (USCD), las que tienen un colateral de criptomoneda (MKR), las que son algorítmicas (Basis) y no tienen colateral e incluso stablecoins de carácter híbrido (Carbon).

Por ejemplo, en 2020 nació una nueva stablecoin exclusiva para México llamada MMXN, que fue introducida al mercado por Moneta Digital. Esta stablecoin tiene un mecanismo de vinculación a la par con el peso mexicano que permite el acceso a otras criptomonedas sin tener que pasar por el dólar americano. Esta stablecoin cumple diversas funciones, pero principalmente la de ser un medio seguro para entrar y salir del mercado de las criptomonedas.

Las stablecoins en un principio fueron concebidas durante 2017 como una solución al problema para permitir el acceso al sistema cripto (on ramping) cuando los bancos no permitían el uso de cuentas para ello. El modelo de negocio rpima facie no parece ser muy llamativo, puesto que consiste en guardar el colateral y generar rendimientos financieros. No obstante, los mismos tienen muchos usos prácticos que han hecho que su crecimiento siga siendo exponencial.

Dentro de las ventajas que ofrecen los stablecoins encontramos la velocidad con la cual se pueden liquidar las operaciones. Es sabido que los bancos tienen sistemas de liquidación/compensación que son muy tardados (horas o incluso días según la transacción). Existen operadores financieros, sobre todo aquellos que operan 24/7, que requieren de esta facilidad para liquidar operaciones de forma segura y rápida.

Asimismo, las stablecoins mejoran la velocidad del dinero (cantidad de veces que el mismo dinero es utilizado en un periodo definido), puesto que las transacciones se finiquitan de forma inmediata y por lo mismo es posible usarlas más rápido.

No obstante, las stablecoins tienen una injerencia directa sobre el sistema financiero que las hace un vehículo que ha despertado diversas inquietudes.

El principal problema es que las stablecoins inciden directamente en el sector bancario y banca paralela puesto que se extrae dinero del sistema el cual no vuelve a entrar y que también utiliza diversos colaterales. Es claro que esto puede generar desequilibrios importantes en los mercados de dinero.En este sentido, existe una necesidad apremiante por regular a las stablecoins, toda vez que tienen una incidencia directa sobre el sistema financiero y los mercados de dinero. Los reguladores han pensado en dos maneras de regular a las stablecoins.

La pregunta es entonces si convertir a las stablecoins en bancos es la mejor solución regulatoria.

Creemos que los bancos no están listos para operar un sistema, que se encuentra en base Bitcoin, que tiene tiempos, mecánicas y lógicas distintas a las operaciones bancarias tradicionales. ¿Es buena idea que solamente los bancos usen esta tecnología para mejorar sus sistemas de pago internos y externos?

Los reguladores parecen no tomar en cuenta que una stablecoin no es un sistema bancario. Se trata de un sistema de pago autónomo que no sigue las reglas y prácticas de los bancos.

Otro problema es la velocidad a la cual se finiquitan las operaciones. En un banco, las operaciones se liquidan o compensan después de muchas horas o días mientras que una stablecoin permite una liquidación instantánea e irreversible.

Asimismo, las operaciones dentro de una blockchain son irreversibles, cuestión que, salvo países como Japón, no es común en el mundo de las finanzas.

Creemos que es más fácil para una blockchain o un exchange volverse banco que para un banco operar con stablecoins (puede generar un caos en sus balances y pueden quedar con posiciones expuestas).

Esto es una excelente noticia, puesto que obliga a los bancos a entrar al estándar Bitcoin para poder operar una stablecoin. El mundo de las criptomonedas se rige por el estándar Bitcoin en el sentido de que todas las operaciones cripto se hacen tomando como unidad de referencia a Bitcoin. La entrada y salida del mundo cripto se hace en Bitcoin. Esto es en sí mismo un paso enorme a efecto de normalizar a las criptomonedas y garantizar su uso paralelo con el sistema financiero.

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