Desde hace años se viene destacando el valor de las aplicaciones como motor de desarrollo de los negocios, algo que la pandemia terminó por confirmar: el éxito de una empresa en la era de los negocios digitales depende en parte de un continuo proceso de modernización.

Para conocer el estado de desarrollo y madurez de las organizaciones respecto de la digitalización, el equipo de investigaciones de F5 se apoyó en las más de mil respuestas de tomadores de decisión a nivel global obtenidas en el Reporte del Estado de Estrategia de las Aplicaciones 2023 (SOAS Report). El análisis de estos datos le permitió establecer las seis capacidades técnicas fundamentales para acelerar la transformación digital y a partir de estas un modelo de madurez.

Las seis capacidades claves para alcanzar la transformación digital identificadas son:

1. Infraestructura IT. La infraestructura empresarial actual ofrece recursos de sistemas, redes y almacenamiento de una manera unificada y más eficiente en entornos de data centers, nube y edge. Ya no son fijas ni estáticas, sino que se basan en conceptos dinámicos y distribuidos que soportan la resiliencia de recursos de otros entornos de infraestructura.
2. Datos. Las empresas ahora necesitan escalar sus datos, aprovechar la telemetría para recopilarlos en tiempo real y modernizar las estrategias para adaptarse y satisfacer las necesidades de los usuarios afectados y cumplir con los requisitos de la política de privacidad.
3. Entrega de aplicaciones y aplicaciones. Hoy en día, la entrega de aplicaciones se ha convertido en una disciplina distinta de capacidades técnicas y mejores prácticas necesarias para escalar, distribuir y entregar aplicaciones en un entorno de infraestructura diverso y elástico que incluye nube pública, edge y centros de datos privados.
4. Observabilidad y automatización. La observabilidad inyecta a la empresa digital las señales (o sea, los datos) que necesita para adaptarse con mínima intervención humana (es decir, a través de la automatización). Con la observabilidad y la automatización, las organizaciones tienen acceso a un mecanismo de retroalimentación integral de circuito cerrado que permite a los líderes tecnológicos centrarse en innovar y mejorar el negocio, en lugar de centrarse solo en las capacidades empresariales básicas.
5. Prácticas de ingeniería de fiabilidad del sitio (SRE). Incorporar los resultados de negocio deseados en los objetivos de nivel de servicio (SLOs) y operar un servicio digital completo con una intervención mínima es una nueva habilidad que requiere nuevas prácticas y enfoques.
6. Seguridad. La seguridad es un área clave de la transformación digital empresarial; la implementación segura y la aplicación de políticas deben impregnar cada capa de la arquitectura de IT digital. Existe una amplia necesidad de que las empresas detecten y eliminen las amenazas, pero no a expensas del negocio. Las organizaciones necesitan encontrar el equilibrio necesario entre “seguridad” y “desempeño” en sus estrategias de riesgo.

Un negocio digital es una organización que se integra y confía en la tecnología para ejecutar su estrategia. Aprovecha datos y análisis para tomar decisiones, ofrece servicios digitales y es capaz de adaptar e incorporar tecnologías emergentes para obtener ventajas competitivas o aprovechar nuevas oportunidades. En este contexto, F5 identificó que las empresas se dividen en tres grandes categorías: perezosas, aficionadas y hacedoras.

Las hacedoras representan al 4% de las empresas. Estas organizaciones han alcanzado el nivel de madurez necesario en los seis dominios clave y están preparadas para prosperar. Los aficionados digitales son el 35%, están en el camino correcto pero aún no han alcanzado una madurez coherente en las seis claves. Las organizaciones perezosas son la inmensa mayoría con un 61% de los casos, son las empresas que se retrasan en cada medida clave para avanzar hacia convertirse en un negocio digital.

La transformación digital es un viaje de negocios habilitado por la modernización de IT, los retos a los que se enfrentarán las organizaciones en este viaje no son insuperables. De hecho, el mayor obstáculo no es tecnológico, sino los desafíos con las personas y los procesos que a menudo están profundamente arraigados en una cultura corporativa que se ha construido sobre métodos manuales y prácticas ahora obsoletas. Por tal motivo, las personas, los procesos y las prácticas son los tres componentes clave que permiten a los expertos técnicos y empresariales colaborar e innovar con mayor frecuencia y con mejores resultados.

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