Los centenials se relacionarán con la banca de forma muy distinta a los milenials

Los centenials se relacionarán con la banca de forma muy distinta a los milenials

Es una generación brutalmente gráfica, visual, señal de ello es la presencia desmedida de emoticones en su forma de comunicarse.

Latinia ofrece detalles sobre el comportamiento de los llamados centenials y recomendaciones sobre cómo relacionarse con ellos desde las instituciones financieras.

“Aunque resulta común meterlos en una misma bolsa, los llamados centenials disponen de unas características propias que los hacen únicos, pero sobre todo distintos, a sus afamados precursores los milenials, por lo que verlos bajo una misma óptica puede ser un grave error de aproximación”, declaró Oriol Ros, director de Marketing de Latinia.

Los centenials se encuentran cumpliendo los 18 años en estas fechas, por lo que su relación con el mundo de la banca actualmente es nulo o mínimo, aunque no así con los servicios financieros, que no les son ajenos. Su vida se circunscribe a lo que pasa en un Smartphone y éstos son terreno abonado a múltiples formatos de transacciones, especialmente entre particulares o peer-to-peer.

Merrill Lynch los definió como la generación que nació con un smartphone entre las manos y se comunican solo mediante mensajes, muchas veces emoticones, pero lo más importante, es que no tienen memoria de un mundo desconectado.

De acuerdo al ejecutivo de Latinia, “las marcas que los han puesto ya bajo su lupa coinciden en señalar que aunque juntos, hay que darles de comer por separado, pues sus necesidades, aunque bien coinciden en lo básico, difieren notablemente como consumidores, y esto también afecta a la banca. Aunque ambos son considerados nativos digitales, los centenials jamás han conocido un mundo que no pudiese ser visto fuera de la lente de su smartphone”.

Según los expertos de Latinia, un buen ejemplo que los distingue es cuál es la red social donde se sienten más cómodos; así como los milenials son muy de Facebook, para los centenials Snapchat es su hábitat más natural.

Tienden a descargar todo aquello que resume a instantáneo y cuyo contenido expire fácilmente. Tal es así, que, para Ros, si existiera una aplicación bancaría para los centenials bien se podría llamar el Snapbanking.

Otro rasgo que los distingue es ese recurso tan preciado llamada atención; si ya era un reto captar la de los milenials, estudios confirman que la de un centennial puede ser hasta un 50% menor, de poco más de media docena de segundos.

“Quien quiera captar su atención debe enfocarse en mensajes que mimeticen cómo ellos se comunican entre sí, eso es, de forma escueta pero permanente, con contenidos fáciles  de visualizar, intuir y digerir”, destacó Ros.

De acuerdo a los expertos de la compañía, algo que el centenial entiende mejor que nadie es que no hay intercambio de datos sin valor. Conciben que terceros puedan disfrutar (con su aprobación) de saber quiénes son, qué productos consumen y cuáles son sus gustos, pero este intercambio tiene que ser beneficioso para ellos como consumidores.

(Yo) te doy mis datos, pero (tú) se certero en lo que me propones. “Seguramente proveedores como Amazon, maestros en este tipo de intercambios, se transformen más que nunca en una amenaza, pues el centennial estaría encantado de que alguien como Amazon, cuyas dinámicas conocen, fuese su proveedor financiero”, finalizó el director de Marketing de Latinia.

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