En un entorno empresarial cada vez más dinámico, la adaptabilidad y la transformación se han convertido en factores clave. Esto se destaca en un reciente estudio global de Accenture llamado “Interoperabilidad: valor desenredado”, que subraya el papel crucial de esta capacidad tecnológica como motor del crecimiento y la transformación empresarial.

En este sentido, el informe de la consultora introduce al concepto de “transformación comprimida”, destacándolo como una visible y creciente tendencia: a partir de la pandemia y en solo dos años, una de cada dos empresas ha tenido que someterse a múltiples transformaciones simultáneas o acelerar una transformación importante. Este fenómeno, detalla el estudio, se maneja mejor en empresas con altos niveles de interoperabilidad, que han visto un aumento de ingresos seis veces más rápido que aquellas con que aún no lo han desarrollado al máximo.

“Definida como la habilidad de diversas aplicaciones empresariales para interactuar y compartir datos efectivamente, la interoperabilidad es esencial para la agilidad empresarial al permitir una toma de decisiones más informada y eficiente”, explica Luz Mihanovich, directora General de Servicios Financieros Tecnológicos de Accenture Argentina, mientras agrega que, las empresas “altamente interoperables” tienen un 11% más de probabilidades de gestionar exitosamente transformaciones comprimidas.

A su vez, Mihanovich afirma que la interoperabilidad no sólo acelera el crecimiento de los ingresos, sino que también puede desbloquear hasta un 5% el crecimiento anual adicional, dato que también resalta el estudio. “Este beneficio adicional se deriva de factores como la eficiencia operativa, la experiencia del cliente mejorada y la sostenibilidad”, agrega.

Los obstáculos

Sin embargo, la adopción de la interoperabilidad sigue siendo un desafío. La mayoría de las grandes empresas operan con más de 500 aplicaciones y el 80% planea adquirir más, y de diversos proveedores. “Este crecimiento constante en la cantidad de aplicaciones hace que la implementación posterior de la interoperabilidad sea cada vez más complicada”, comenta la directora General de Servicios Financieros Tecnológicos de Accenture Argentina.

Además, la investigación señala que sólo un tercio de las empresas está aprovechando plenamente la interoperabilidad. Las razones son diversas: el 60% de las empresas luchan por alinear su estrategia de aplicaciones con objetivos empresariales más amplios, el 57% menciona la falta de aceptación por parte de la alta dirección, el 44% carece de un claro retorno de la inversión (ROI, por su sigla en inglés), y el 34% simplemente considera que la interoperabilidad es demasiado costosa.

“El tiempo para actuar es ahora. Retrasar la adopción de estrategias de interoperabilidad pone a las empresas en riesgo de quedar rezagadas, atrapadas en la creciente complejidad de un paisaje tecnológico en constante evolución”, advierte Luz Mihanovich.

Las cifras dan cuenta de que la interoperabilidad ha pasado de ser un lujo técnico a una necesidad estratégica, puesto que las empresas que la priorizan, están mejor preparadas para enfrentar desafíos actuales y futuros. Esta adopción se traduce en una mayor eficiencia, un crecimiento acelerado y una mayor adaptabilidad, elementos que se volverán cada vez más fundamentales para la sostenibilidad empresarial en los años por venir.

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