Hacia una Argentina más conectada: el impacto de la latencia en la transformación digital

Hacia una Argentina más conectada: el impacto de la latencia en la transformación digital
La construcción de ciudades inteligentes, un objetivo global en la mejora de la calidad de vida urbana, depende en gran medida de la infraestructura de conectividad.

Los líderes del mundo buscan construir un futuro donde la tecnología mejore la vida cotidiana de las personas. La baja latencia y la alta disponibilidad se convierten en los cimientos necesarios para que en Argentina se erijan desde ciudades inteligentes hasta sistemas empresariales ágiles.

La latencia, ese breve lapso entre enviar y recibir datos, y la disponibilidad constante de la red, vitales para diversas aplicaciones, desde la operación remota de complejos sistemas hasta la mejora de la calidad de vida en nuestras ciudades. Sin baja latencia, un país está condenado al estancamiento.

Quienes eligen países donde crear negocios, quienes imaginan el mundo comercial y tecnológico consideran a la baja latencia como un factor clave para pensar el desarrollo a largo plazo. Operaciones a distancia, flujos eficaces de datos empresariales y la experiencia de entretenimiento en videojuegos multijugador dependen de una latencia mínima y una disponibilidad ininterrumpida.

Según Marlon Martinez, chief of staff and senior director business operation de EdgeUno, “La conectividad es el corazón y la base de todo el ecosistema. La baja latencia y alta disponibilidad son características esenciales a la hora de mejorar la experiencia que el usuario tiene de una herramienta digital”.

Pero la necesidad de baja latencia no se limita al ámbito empresarial. En el campo de la medicina, por ejemplo, una respuesta inmediata puede ser vital en cirugías que requieren de tecnología de visualización remota o en la transmisión de datos desde implantes médicos. Además, en el contexto de la educación médica, la posibilidad de supervisar cirugías de forma remota en tiempo real es una práctica en auge que requiere de una conectividad sin interrupciones.

Sin embargo, el desafío va más allá de las aplicaciones individuales. La construcción de ciudades inteligentes, un objetivo global en la mejora de la calidad de vida urbana, depende en gran medida de la infraestructura de conectividad. Aunque ciudades como Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza están dando pasos hacia la incorporación de tecnologías inteligentes, como sistemas de recolección de residuos con habilidad para diferenciar reciclables o tableros electrónicos que avisan cuánto va a tardar el colectivo, aún se encuentran lejos de los estándares internacionales.

Para alcanzar el nivel de ciudades inteligentes como Zurich, Oslo y Camberra, es imperativo mejorar la infraestructura de conectividad. Países como Suiza han logrado avances significativos en este aspecto, aprovechando una conexión a internet de alta velocidad y baja latencia para implementar soluciones innovadoras en gestión de energía, movilidad y servicios urbanos.

En Argentina, el desarrollo de ciudades inteligentes enfrenta el desafío de una conectividad más lenta y una latencia más alta en comparación con otros países en Latinoamérica. En países vecinos, las inversiones en tecnología han sido superiores en comparación a nuestro país.

Para citar algunos ejemplos, según el Median Country Speeds January 2024 de OOKLA, Chile tiene una velocidad de descarga en promedio de 263 Mbps y una latencia de 6 ms, lo que lo lleva al puesto 4° a nivel mundial en comparación con Argentina, que lastimosamente, con una velocidad de descarga promedio de 75 Mbps y una latencia de 11 ms, queda en el puesto 74° a nivel mundial. Queda claro que el país necesita avanzar hacia una infraestructura de internet más rápida y confiable para materializar el potencial de las ciudades inteligentes.

En palabras de Martinez, “Avanzar hacia una internet con menor latencia y alta disponibilidad es la clave para posibilitar el desarrollo del país. De esto depende que nuestras ciudades sean cada vez más sustentables, eficientes y funcionales para la población, en otras palabras, que se conviertan en ciudades inteligentes”.

Reducir la latencia y garantizar la alta disponibilidad de la red, son pasos cruciales hacia un futuro digital más eficiente y habitable. Con una conectividad mejorada, las posibilidades son infinitas, desde la optimización de procesos empresariales hasta la transformación completa de nuestras ciudades en entornos inteligentes y sostenibles.

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