El viaje de los datos: contemplar a IoT como un medio y no como un fin

El viaje de los datos: contemplar a IoT como un medio y no como un fin
Encontrar la forma de aplicar correctamente esa información es uno de los principales desafíos.Felipe Stutz, director de Soluciones para América Latina de Orange Business Services

Si bien la masificación de IoT aún no se ha logrado, vemos iniciativas por parte de gobiernos y empresas.

Hace poco más de diez años, el sector tecnológico estaba emocionado con las posibilidades que traería Internet de las Cosas (IoT, en la sigla en inglés). Sensores insertados en una gran variedad de objetos —desde máquinas en parques industriales hasta cafeteras en las casas de las personas— generarían una infinidad de datos. Ese contenido, asimilado por soluciones de Big Data, Analytics y Business Intelligence, daría acceso a información valiosa y, hasta entonces, inalcanzable, que permitiría los insights de negocios más positivos e inimaginables.

Si bien la masificación de IoT aún no se ha logrado, vemos iniciativas por parte de gobiernos y empresas utilizando esta tecnología para la gestión de recursos públicos, tal como el sector eléctrico o de abastecimiento de agua, por ejemplo, en los cuales los datos extraídos de medidores de consumo proveen insights para optimizar la distribución y la facturación.

En el próximo año, llegaremos a un total de 14,2 mil millones de dispositivos conectados y, para el 2021, ese total debe llegar a los 25 mil millones de equipos, según Gartner. Pero, pasado el afán de las expectativas, el mercado debe lidiar ahora con una reflexión importante y necesaria: ¿Qué hacer con tantos datos? ¿Son estos realmente necesarios para las estrategias de negocio o solo están tomando tiempo y dinero de las organizaciones?

Encontrar la forma de aplicar correctamente esa información es uno de los principales desafíos de las organizaciones. Por lo tanto, es necesario recordar que la verdadera revolución de las cosas conectadas depende de una secuencia lógica. Considerando el viaje de los datos, necesitamos seis etapas: recolección, transporte, protección, almacenamiento y procesamiento, análisis de datos y difusión.

Por lo tanto, este es un momento de organización de procesos mediante iniciativas enfocadas especialmente en las últimas dos fases: análisis y difusión. En ese punto del ciclo, entran los usos de ciencia de datos, la Big Data, la inteligencia artificial y las soluciones digitales, que extraen información e insights estratégicos del dato —que antes era bruto y descontextualizado— y traen una mayor inteligencia y nuevos usos para soportar diferentes áreas del negocio. Además, mejorar la comunicación entre clientes y equipos internos es lo que va a permitir desarrollar, de manera colaborativa, mejores productos, servicios y soluciones con base en los insights.

El uso de plataformas basadas en IoT también puede ir más allá de la recolección y análisis de datos, englobando nuevos modelos de negocios y de conexión entre el consumidor y la empresa. Es por eso que el próximo, y urgente, paso es conectar la gran base de datos con los procesos de decisiones y mirar a IoT como un medio, y no como un fin o como un producto final. Solamente así las organizaciones podrán realmente mejorar la experiencia de sus clientes y encontrar nuevas formas de optimizar el negocio o de crear nuevos horizontes.

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