El futuro de la conectividad

El futuro de la conectividad
Cuanto mayor es el nivel de conciencia, mayor es la necesidad de confianza y seguridad: el gran desafío de hoy.Diego Cecchinato, VP senior regional de operaciones móviles de IDEMIA

Las empresas de telecomunicaciones han ido adoptando una postura cada vez más responsable en materia de seguridad y medio ambiente.

Los recientes avances tecnológicos han ido acercando al mundo a toda velocidad. Gracias a ello se ha mejorado la calidad de vida para muchos consumidores, por ejemplo, haciendo más seguras y rápidas las conexiones entre personas, formas de pago, tráfico de vehículos, pasajeros en aeropuertos, control de acceso en edificios públicos y privados, tránsito entre países, mayor conectividad, entre otros beneficios.

La conectividad ha ido evolucionando de forma muy disruptiva y con ello aumentando las posibilidades de acceso a diversos dispositivos y mejorando exponencialmente la calidad de la comunicación. Este movimiento genera un ciclo autopropulsado de innovaciones. Es el caso de la tecnología 5G que aporta innovaciones nunca vistas dada su ultravelocidad, minuto de latencia y enorme disponibilidad.

La tecnología 5G representa un salto extraordinario respecto a otras tecnologías más antiguas, generando una explosión de nuevos dispositivos IoT y la base para la expansión de la eSIM, también conocida como “virtual SIM” o eUICC, que tiene el mismo propósito que una tarjeta SIM extraíble tradicional, es decir, almacenar la información que utilizan los distintos tipos de dispositivos móviles para acceder a una red móvil.

Pero junto con esta expansión de la conectividad, también crece la necesidad de una mayor seguridad y conciencia sobre su impacto en el medio ambiente y la sociedad. Todos estos elementos deben combinarse para que puedan ser sostenibles, tanto en términos ambientales como comerciales.

Es importante señalar que las empresas de telecomunicaciones han ido adoptando una postura cada vez más responsable en materia de seguridad y medio ambiente, utilizando menos plástico, menos transporte, menos residuos y siguiendo los estándares del Acuerdo de París.

Cuanto mayor es el nivel de conciencia, mayor es la necesidad de confianza y seguridad: el gran desafío de hoy. La computación cuántica es un ejemplo de avance y al mismo tiempo de riesgo para la seguridad, ya que generará una inmensa potencia computacional adicional y dejará obsoletas las formas actuales de criptografía. En el pasado, tomaba 10 mil millones de años para que uno invadiera una tarjeta SIM, con este avance, ahora puede ocurrir en cuestión de minutos.

Pero el riesgo identificado también genera tecnologías que lo mitigan, como la Identidad Internacional de Suscriptor Móvil (IMSI) que crea un identificador único para cada usuario y dispositivo utilizado encriptando ambas identidades dentro o fuera de la red. IMSI hace posible el uso de esta identidad única en entornos poco confiables, como redes Wi-Fi abiertas, sin riesgo alguno para la seguridad.

También hay tarjetas SIM encriptadas 5G IMSI. Estas tarjetas, llamadas 5G AS SIM, almacenan claves de conexión temporales que permiten una reautenticación completa de la red en caso de una interrupción, creando una experiencia de conectividad más fluida.

Se estima que para 2024, los ingresos de los operadores móviles alcancen alrededor de u$s 7 mil millones, como resultado de la identidad digital a través de sus servicios, lo que representa un crecimiento del 800% en comparación con 2019.

Otro dato importante se refiere al Internet de las Cosas o IoT (Internet of Things). La previsión es que a finales de 2026 habrá 23.000 millones de dispositivos IoT, frente a los 8.740 millones actuales, todos creando ciudades inteligentes, comercio, automóviles y dispositivos conectados, que recopilarán y compartirán información y harán que el mundo esté más intensamente conectado.

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