Violencia doméstica: el control ahora también incluye tecnologías

Violencia doméstica: el control ahora también incluye tecnologías

Si bien la tecnología ofrece oportunidades increíbles, también ha provocado un aumento del control de las parejas maltratadoras.

Establecido en 1999 por las Naciones Unidas, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se celebra cada año el 25 de noviembre. Su objetivo es crear conciencia sobre la violencia doméstica y el feminicidio para poder hacerle frente. En Argentina, se registraron 243 femicidios entre el 1° de enero y el 31 de octubre de 2020 según los datos de La Defensoría del Pueblo de la Nación.

Según el informe, el período de aislamiento social y preventivo contra el COVID-19, trajo aparejado un aumento de muertes. La violencia se intensifica durante los períodos de confinamiento, hasta el punto de ser denominada como “epidemia fantasma” del coronavirus por Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres.

En Argentina, el 144, el número de teléfono de emergencia para las mujeres víctimas de la violencia doméstica, fue marcado 81.677 veces entre enero y septiembre de 2020 según los datos que difundió el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Durante el período de principios de la pandemia, los llamados a la línea 144 aumentaron un 48% comparados entre el 20 marzo y el 30 de junio con respecto al año pasado.

Fueron, en promedio, 193 llamados por día: ocho por hora. El pico se registró en abril: 6.191 llamados, contra 4.065 en 2019. En los últimos años, el comportamiento violento también se ha extendido al mundo digital, una tendencia que se ha intensificado este año: entre marzo y junio de 2020, nuestros Threat Labs observaron un aumento del 51% de los programas espía y de acoso (stalkerware) en comparación con los dos primeros meses del año.

El Stalkerware es un software malicioso que puede utilizarse para localizar a una persona, acceder a sus fotos y vídeos personales, interceptar correos electrónicos, así como mensajes de texto y conversaciones en aplicaciones como WhatsApp y Messenger.

Estos también permiten escuchar llamadas telefónicas y grabar conversaciones en Internet sin que la víctima lo sepa. Actualmente existe una fuerte correlación entre las relaciones de maltrato y la presencia de Stalkerware en los dispositivos de las víctimas. Hasta hace unos años, sólo los hombres con conocimientos avanzados de informática practicaban el ciberacoso.

Sin embargo, esto ya no es así, ya que estos programas maliciosos se han vuelto fáciles de encontrar, descargar y utilizar. La proliferación de dispositivos conectados y la existencia de aplicaciones discretas de espionaje y acoso constituyen así un medio adicional para que los agresores ejerzan control sobre sus víctimas; a quienes actualmente les puede resultar más difícil salir de sus casas debido al confinamiento ocasionado por la COVID-19, como el que vivimos por segunda vez este año.

El pasado mes de julio, Google dio un paso adelante en la lucha contra la popularidad del Stalkerware, al prohibir la promoción de productos o servicios comercializados o destinados al único propósito de rastrear o vigilar a otra persona o sus actividades sin su permiso. Sin embargo, todavía se permiten aplicaciones casi idénticas, que se presentan como herramientas para detectives privados o para padres que desean vigilar a sus hijos.

Una persona en una relación de maltrato corre más riesgo de ser vigilada por un acosador. Una visita inocente, por ejemplo, para tomar un café con un amigo o un familiar, podría ser identificada por este tipo de aplicación y desencadenar un comportamiento violento por parte del agresor.

El creciente uso de estos programas informáticos tiene consecuencias peligrosas. Mientras que los programas espía y los infostealers tienen como objetivo robar datos personales, los programas de Stalkerware son diferentes: privan a la víctima de su libertad física y virtual.

Normalmente instalados discretamente en los teléfonos móviles por los supuestos amigos, cónyuges o ex parejas celosas, los programas de Stalkerware rastrean la ubicación física de la víctima, supervisan su navegación en Internet, así como las llamadas telefónicas y los SMS enviados o recibidos.

Estas aplicaciones están diseñadas para funcionar en modo oculto, sin notificación continua al usuario del dispositivo. Por lo tanto, son una herramienta eficaz e invasiva para que los atacantes puedan acosar, vigilar y localizar a su víctima.

Esto puede resultar aterrador y traumático para esta última, ya que, incluso después de la separación, la violencia psicológica puede continuar con una vigilancia de sus mensajes y llamadas, a través de las redes sociales y de los teléfonos móviles de mujeres y niños.

Si bien es importante que todo el mundo sepa cómo eliminar los programas de Stalkerware de sus dispositivos, también es crucial conocer las posibles consecuencias. Esta eliminación podría de hecho alertar a la pareja maltratadora. Por lo tanto, evitar la instalación debe ser la prioridad. Lo primero que hay que hacer es asegurarse de que el teléfono está protegido por un PIN o una contraseña, ya que esto ayudará a evitar la instalación de software sin que se dé cuenta el propietario.

La segunda es instalar un software antivirus, que alertará al usuario de cualquier intento de instalar un programa de acoso y ayudará a eliminarlo si es necesario. Estos dos pasos son simples y garantizan la protección del dispositivo y de los datos personales. Si la pareja se opone firmemente a una de estas medidas de seguridad clásicas, es una luz de alarma que no debe ignorarse.

Concretamente, hay algunas señales que hay que tener en cuenta para reconocer cuando un programa de este tipo está presente en un dispositivo: el rendimiento disminuye repentinamente, con retrasos, errores o bloqueos más frecuentes que antes; la configuración ha cambiado sin el consentimiento del usuario, con una nueva página de inicio en el navegador, por ejemplo, o con nuevos íconos en el escritorio y un motor de búsqueda predeterminado diferente; o se produce una afluencia repentina de mensajes de error de programas que siempre habían funcionado bien antes.

Si una persona reconoce estas señales, no debe dudar en buscar ayuda, idealmente de una asociación de lucha contra la violencia doméstica; ahora que es consciente del empleo frecuente de programas de este tipo y ya sabe cómo lidiar con ellos.

Si la víctima no pudo buscar ayuda externa, es posible eliminar manualmente el programa de Stalkerware de un teléfono. El primer paso es reiniciar el dispositivo en modo seguro, manteniendo el botón de encendido presionado hasta que aparezca la opción de reinicio; luego debe presionar la opción “Apagar”, y luego aparecerá la opción de “Reiniciar en modo seguro”.

Luego, una vez reiniciado el dispositivo, debe borrar todas las aplicaciones sospechosas o desconocidas yendo a ajustes. En caso de duda, puedes buscar el nombre de la aplicación en Internet, para ver si otras personas también han tenido problemas con ella.

Si bien la tecnología ofrece oportunidades increíbles, también ha provocado un aumento del control de las parejas maltratadoras sobre sus víctimas. Estas últimas deben ser conscientes de la existencia de estas aplicaciones de espionaje y romper su silencio en caso de que se produzca cualquier problema para recibir ayuda y poder así escapar del maltrato.

Para evitar esta situación y poder ayudar a las personas que se encuentran en una relación de maltrato, todos debemos conocer los indicios de tal situación y ayudar sabiendo cómo proteger los dispositivos y eliminar los programas informáticos maliciosos.

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