Transferencia directas: la tendencia de pago que toma protagonismo en Chile

Transferencia directas: la tendencia de pago que toma protagonismo en Chile
Chile ya cuenta con la infraestructura y red interbancaria para fortalecer las transferencias directas hace tiempo.Rafael Onetto, director Comercial de CoasinLogicalis

Las oportunidades son infinitas, pero el desafío de entregar transacciones seguras, accesibles, diversas, estables y normadas es grande.

El escenario de medios de pago cambió. Entre la pandemia y la implementación del modelo de cuatro partes, Chile ha ido modernizando y actualizando la forma de pagar, abriendo alternativas digitales al efectivo y a las tarjetas.

Es así como nuevos sistemas digitales sin contacto como aplicaciones móviles, código QR, relojes inteligentes, entre otros; han materializado un ecosistema de pagos que hace dos años era distinto.

En ese sentido, un mecanismo que ha tomado protagonismo son las transferencias directas. Aunque no son nuevas, desde que los bancos facilitaron las transacciones en línea (tarjeta de coordenadas) y pagos presenciales con tarjetas sin contacto, se han ido consolidando como una vía rápida y fácil.

Hoy, para el comercio es conveniente y práctico por sus costos más reducidos en comparación con un POS, ya que al ser transacciones de banco a banco, no pasan por la red de adquirencia, por lo que el pago de las comisiones por su uso es significativamente menor e, incluso, en algunos casos inexistentes.

Pese al incipiente éxito, esta opción de pago vive un proceso de exploración. Esto porque, actualmente, la transferencia implica un proceso engorroso debido a los datos que se requieren de forma manual (número de cuenta, correo, rut). Por lo que se están viendo alternativas e iniciando conversaciones para que sea más simple, expedita, automatizada y rápida.

Tendencia prontamente masiva

El mercado de pagos en Chile vive una etapa de ajustes. Tras un par de meses de la entrada en vigencia del modelo de cuatro partes, los bancos, el mercado y los nuevos actores están migrando hacia un modelo donde pagar será un servicio certificado y normado bajo altos estándares de calidad y seguridad.

El caso de las transferencias directas es un ejemplo. En Chile es una tendencia, pero en otros países como Brasil hace tiempo que se implementó el pago instantáneo. Su funcionalidad y éxito se basa en que el dinero aparece en la cuenta inmediatamente. Un cambio importante ya que años atrás, había que esperar horas para que se liberaran los fondos.

En Chile, su uso masivo es esperable en la medida que más proyectos e iniciativas se implementen. Sumado a lo anterior, está la ausencia de regulación por parte del Estado.

Lo cierto es que durante este y el próximo año habrán mejoras. Hay varias ideas que buscan la interoperabilidad y diversificación del sistema, que permitan consolidar una plataforma de pagos amplio y diverso para los clientes. Es decir, que una persona, independientemente del comercio en que compre, tenga la posibilidad de pagar en efectivo o de forma digital y que, al mismo tiempo, su uso tenga un bajo costo para el comercio.

Las oportunidades son infinitas, pero el desafío de entregar transacciones seguras, accesibles, diversas, estables y normadas es grande. Por suerte, Chile ya cuenta con la infraestructura y red interbancaria para fortalecer las transferencias directas hace tiempo. Además, con la poca circulación de moneda en la actualidad, los pagos digitales tienen otro impulso ya que, perder una venta, no es una opción.

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