Cualquiera puede tokenizar su trabajo para venderlo como un NFT y aunque todavía es un procedimiento complejo, el interés ha crecido a raíz de noticias sobre ventas multimillonarias.
Binance analiza el nuevo fenómeno de los tokens no fungibles (NFT) en blockchain que atrajo la mirada de los cripto-inversionistas.
“Hay mucha especulación sobre si el mundo de los NFT’s es una burbuja o un cambio de paradigma”, señaló Maximiliano Hinz, Latam Operations director de Binance.
“Analizándolo bien, podemos ver que se presentan como una revolución dentro de una revolución (como lo son las criptomonedas en sí). En el pasado, no había una forma 100% segura de autenticar algo, siempre había lugar a la manipulación o a la réplica. Ya lo vimos en cuadros como la Gioconda del Prado, sobre la que hay opiniones encontradas en relación con su verdadero autor, pero los peritos artísticos aseguran que no es de Leonardo. En el caso de los NFT’s, no dejan lugar para las dudas. Gracias a la trazabilidad y la inmutabilidad de los registros que se generan en blockchain, podemos saber desde quién lo creó, hasta por quiénes fue pasando. Esto elimina cualquier discusión acerca de quién lo creó antes, quién es el dueño de los derechos de autor o si existe alguna copia. La tecnología está en sus inicios. Todavía no se ha desarrollado su potencial en un 100%”, agregó.
¿Qué es un NFT?
“No fungible” quiere decir que es único e irremplazable. “Token” corresponde a que es un activo digital que tiene nombre y apellido escrito en la blockchain, que nada ni nadie podrá copiar o plagiar. Se pueden crear NFT’s de todo tipo de elementos digitales: desde fotos, diseños hasta memes, tuits y mucho más.
Cómo funciona
Las obras tradicionales de arte como pinturas son valiosas porque son únicas. Pero los archivos digitales pueden ser duplicados con facilidad una y otra vez. Con los NFT, el arte puede ser tokenizado para crear un certificado digital de propiedad que puede ser comprado y vendido. Como con las criptomonedas, se origina un registro de quién posee lo que está almacenado en un libro de contabilidad compartido por todos los nodos de blockchain, por lo que su descentralización está garantizada.
Cambio de paradigma
La realidad es que las fronteras de esta tecnología están poco claras, ya que como nunca antes en el negocio de los bienes únicos, gracias a la tecnología blockchain, tanto el comprador como el vendedor se aseguran acerca de la autenticidad y trazabilidad del bien.
El 19 de febrero de 2021, un archivo *.Gif de Nyan Cat, el famoso meme de 2011 de un gato con cuerpo de galleta volando, se vendió por más de u$s 500.000. Pocas semanas después, la cantante canadiense Grimes vendió una colección de obras digitales por más de u$s 6 millones. También podemos mencionar que el fundador de Twitter, Jack Dorsey, vendió su primer tuit en la red social por u$s 2,9 millones.
La tendencia es clara
Según Statista (https://www.statista.com/statistics/1221742/nft-market-capitalization-worldwide/) el capital de mercado de las transacciones globales de NFT’s durante 2020 fue de más de u$s 338 millones, eso significa un aumento de 900% desde el lanzamiento de esta tecnología en 2018, cuando su capitalización era de alrededor de u$s 40 millones.
Proyecciones
Gracias a esta nueva propuesta dentro de blockchain, la dinámica de registro de un derecho de autor o propiedad intelectual puede verse modificada 180º de como la conocemos actualmente. Como mencionamos, un NFT asegura la autenticidad y trazabilidad del bien que se esté registrando, y eso incluye cualquier cosa que un usuario necesite sellar como propio, y no solo obras de arte visuales. En un futuro podremos ver cómo los registros en NFT’s serán ampliados a la industria musical, editorial, inmobiliaria, gubernamental y mucho más. Es sólo cuestión de tiempo para que eso suceda, el futuro de los registros ya está acá.
Aunque ya tiene cuatro años, la tecnología NFT continúa sorprendiendo día a día al mercado y a los nuevos usuarios, por lo que es difícil calcular cuál será su techo de crecimiento. Lo que sí es claro, es que la tecnología blockchain llegó para quedarse y romper una vez más los esquemas tradicionales de organización de la información.
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