Actualmente, existen diferentes certificaciones, tanto a nivel de empresas como personas, que están aplicadas para lograr que el desarrollo de software se traduzca en un proceso exitoso.
Hoy en día, la falta de profesionales con conocimientos en pruebas de software ha llevado que las empresas se vean en la necesidad de contratar personal poco calificado para realizar las pruebas, con los concebidos riesgos que esta práctica pueda tener.
De ahí la urgencia por incentivar el conocimiento especializado y certificado, no solo para optimizar los procesos, sino también para conseguir llegar al objetivo de manera satisfactoria.
Las pruebas de software son una parte fundamental del ciclo de su desarrollo y en los últimos años ha cobrado una importancia relevante dado su creciente complejidad.
En esa línea, destacan la acreditación CMMI-DEV para apoyar todo el proceso de desarrollo en forma transversal a nivel de empresa; la certificación PMP para la gestión y administración de proyectos; las acreditaciones particulares en los diferentes lenguajes y arquitecturas de desarrollo; y por el último, la certificación ISTQB que apoya en la formación de los profesionales en torno a las pruebas y da garantía que este último proceso de certificación del software sea hecho de la mejor forma.
En concreto, ISTQB es un organismo de certificación internacional que certifica la calidad de los profesionales que participan en el proceso de elaboración y ejecución de pruebas de software.
Para ello, ha desarrollado un esquema de certificación llamado “ISTQB Certified Tester”, para calificar las competencias de los profesionales que participan en las pruebas de software.
Este esquema cuenta con una jerarquía de niveles de certificación, los cuales deben ser obtenidos en forma ordenada.
Adicionalmente, ISTQB elabora un plan de estudios para cada nivel con sus respectivas guías de estudios y cuenta con una red de partners a nivel mundial, los cuales proveen cursos y guías de estudios para preparar a los profesionales en los distintos niveles de certificación.
Ese esquema de certificación ha demostrado ser el más exitoso y reconocido a nivel mundial y se calcula que, a junio del 2016, se han emitido más de 470 mil certificaciones en todo el mundo.
De ese total, solo el 7,19% corresponde a América, muy bajo si se compara con Asia (47,97%) y Europa 37,83%); y si desglosamos esa cifra en América Latina, en el top 3 están Colombia (46,9%), México (26%) y Argentina (7,9%). Chile recién aparece en el cuarto lugar con un 5,7%.
En el futuro, los desafíos locales están asociados a que la industria empuje la generación de profesionales mediante esta certificación, en todos los perfiles que componen el proceso de pruebas, siendo un requisito obligatorio para aquellos que quieran ejercer esta actividad en el mercado.
Asimismo, las empresas u organizaciones que contraten profesionales para estas prácticas debieran exigir dicha credencial para garantizar calidad y éxito en sus desarrollos.
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