¿Los bancos hoy viven una “transformación digital” o una adaptación?

¿Los bancos hoy viven una “transformación digital” o una adaptación?
Se puede llegar a comprar una visión, pero no a cambiar de cultura.

Daniel Aguilar, VP de Ventas para Latam de Latinia, comparte tres grandes conclusiones sobre el tema.

Latinia comparte algunas conclusiones a las que ha arribado sobre lo que está viviendo la banca frente a la transformación digital.

En el marco del evento de referencia en el sector de las Fintech, organizado por Finnovista y patrocinado por Latinia, Daniel Aguilar, puso de relieve alguna de las claves que a su entender serán claves el proceso de transformación digital en el que se encuentra actualmente inmersa la industria financiera.

El evento contó con la participación de más de 400 personas y actores destacados de los distintos agentes que componen esta llamada transformación digital.

  1. Adaptación vs transformación: hoy, la realidad es que no hay transformación digital en la banca, hay adaptación, pero no mucho más que hace 20, 50 o incluso 200 años, pero con herramientas digitales, substituyendo ventanillas por pantallas, móviles o portátiles, pero en esencia, se venden los mismos productos que compraban nuestros padres. Eso sí, cuando la esperada transformación culmine, llámenlo armagedón o juicio final, en cuanto a servicios financieros, y sí, he obviado a propósito la expresión “banca”, nada volverá a ser como antes: podemos discutir el horizonte, si cinco o diez años, pero no el revolcón y el polvo que levantará.
  2. Compras y adquisiciones vs ADN corporativo: el mercado está trufado de casos recientes de sonadas adquisiciones por parte de la banca tradicional de negocios disruptivos que les han permitido acelerar su innovación, pero la transformación no depende de esto; no se puede ir al mercado todos los días. Está bien, muestra empeño e interés, voluntad, pero el verdadero cambio está en el alma de la entidad. Se puede llegar a comprar una visión, pero no a cambiar de cultura como quien va al sastre a que le tomen nuevas medidas para un traje slim fit y parecer así más joven.
  3. Todo es nuevo: y no es un chip esto de lo digital, es sangre nueva. Todo está por inventar. La banca corre el riesgo de replicar el dumb bit pipe que en su día gangrenó el negocio de las telcos. Hay que repensar el modelo desde cero, pero con bits en vez de átomos. No es un asunto de tech, a colación de este evento centrado en las fintech, sino de trust, por ahí sí tienen una alfombra roja al corazón del cliente. Ah, y no busquen al Uber de la Banca, y si alguien se postula, desconfíen: por “comoditizados” que parezcan los servicios financieros el negocio bancario es infinitamente más complejo que trasladar a un pasajero del punto A al punto B.

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