La biometría hoy: ¿el gran reto de la autenticación?

La biometría hoy: ¿el gran reto de la autenticación?
La biometría podría ser un método de autenticación muy prometedor en el futuro.Pablo Rodríguez Romeo, perito informático forense, especialista en seguridad - socio del estudio CySI de Informática Forense

El aumento de las amenazas y la sofisticación de los ataques son una realidad que no podemos eludir, lo que nos lleva inmediatamente a preguntarnos ¿cómo mantenemos a salvo nuestros datos en internet?

En el último tiempo, innumerables ejemplos nos han mostrado que las contraseñas y la privacidad de nuestras identidades virtuales pueden ser vulneradas utilizando un poco de astucia y cierto conocimiento de ingeniería social.

Para muchos, la biometría se presenta como una alternativa para reforzar la seguridad. Concebida como el reconocimiento inequívoco de las personas basado en uno o más rasgos conductuales o físicos intrínsecos; el reconocimiento por iris, retina, las huellas dactilares, los patrones faciales, entre otros, son algunos ejemplos de ella.

La biometría se ubica dentro del tercer factor de autenticación, generalmente conocido como el método de control utilizado para verificar que un usuario es quien dice ser al momento de ingresar a un sistema. Este tercer factor se reconoce como “algo que soy”.

A diferencia de los otros métodos de autenticación, estas características son medibles fácilmente con precisión y, en muchos casos, difíciles de falsificar. Por eso, hablamos de la retina, las huellas dactilares, las manos, la voz, entre otras.

Si bien, desde hace ya tiempo se vienen utilizando otros métodos de autenticación. Uno de ellos, y quizá el más común, es que el que basa en “algo que se” (por ejemplo, la contraseña), aunque no es el más fiable ya que puede ser olvidada, si se escribe en algún lugar otra persona podría descubrirla, o ser espiada. El gran problema que presentan las contraseñas es que se tiende a elegir unas fáciles de recordar que por lo general son fáciles de adivinar, o, en otros casos, unas difíciles de adivinar lo que las convierte en difíciles de recordar.

Por eso, son más vulnerables a los ataques de ingeniería social que otros métodos de autenticación, como puede ser aquel basado en “algo que tengo” (por ejemplo, una tarjeta de coordenadas). Éste, elimina el problema de olvidar aquello que se si bien presenta otro que es el de tenerla siempre consigo para autenticar el ingreso a un sistema, además de que podría ser robada y usada en nuestra contra por un atacante.

Así, llegamos a la biometría. Pero, ¿cuáles serían los problemas asociados a la utilización de este tercer factor de autenticación? Lo cierto es que hoy en día es difícil esperar una coincidencia exacta de las características físicas, además que puede presentarse cierta tasa de error asociada con los sensores biométricos.

También, presenta algunos problemas vinculados con el costo y la disponibilidad de los lectores/sensores, la falta de voluntad o incapacidad de los usuarios para interactuar con dispositivos de entrada biométricos, entre otros.

En conclusión, la biometría podría ser un método de autenticación muy prometedor en el futuro, funcionando más bien como una forma secundaria de autenticación y no así de identificación. Es decir, más allá de optar por uno u otro método es importante recordar que hoy en día la autenticación de 2 factores se vuelve imprescindible. Sin ella, estamos más expuestos a ser atacados y nuestra información posible de ser robada.

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