¿Es necesario trabajar bajo presión?

¿Es necesario trabajar bajo presión?
Empresas en cuyos ambientes laborales abundan la tensión, el estrés y la desorganización a menudo simplemente están pecando de mala administración.

Jairo Pinilla, director de Performia Colombia, brinda consejos para cambiar el prejuicio de los empleados hacia el “trabajo bajo presión”, y la manera en la que los empresarios usan esta expresión.

¿Se trabaja “bajo presión” en su empresa? “Se busca asistente gerencial que sepa trabajar bajo presión”.

Los anuncios laborales de este estilo se ven muy a menudo hoy en día. Hay industrias que simplemente tienen épocas con mucho trabajo, y requieren que sus trabajadores den todo de sí durante ellas. En estos casos, “poder trabajar bajo presión” es un requisito absoluto, y lógico.

Pero este no siempre es el caso. Desafortunadamente hay empresas que usan el requisito de “trabajar bajo presión” para maquillar sus problemas de prolongación extrema de la jornada, sobrecarga laboral, estrés, o mal clima laboral. Sin embargo, más que ser algo que la industria realmente requiera, esta presión es más un producto de una mala planificación, bien sea del área o el gerente.

Puede que la “presión” sea innecesaria para su empresa

Desafortunadamente hay muchas compañías donde trabajar bajo presión se ha vuelto la norma. Pero en muchos casos (no necesariamente en todos) esto es un resultado simple y predecible de la falta de organización y planeación interna en la compañía. Empresas en cuyos ambientes laborales abundan la tensión, el estrés y la desorganización a menudo simplemente están pecando de mala administración.

Son muchas las consecuencias que afectan, no sólo al personal que constantemente se encuentra expuesto a esto, sino la compañía, la cual termina pagando por todo, al sufrir de un problema que siempre viene con este fenómeno: la rotación de personal.

A pesar de lo que parezca costar, según los cálculos de finanzas y RR.HH., una persona que se retire de su puesto laboral en los primeros 3 meses después de ser contratada, le cuesta un aproximado de 12 salarios a la empresa. Entre el trabajo que los colegas no hicieron para poder entrenar y ayudarlo, el dinero gastado en su entrenamiento, el trabajo hecho para conseguirlo y contratarlo, y el que se hará para contratar a alguien nuevo, el número escala a cifras bastante importantes.

Cuando alguien me dice que en su empresa se trabaja bajo presión, esto suele ser un indicador de una mala administración de los procesos de la compañía. Nadie debería tener que trabajar bajo presión constantemente. Por supuesto, hay situaciones que necesitan trabajo extra si se quieren superar adecuadamente, pero el trabajo constante bajo presión no es una buena fórmula para una empresa. Y la respuesta a esto es la buena organización. una que permita el desarrollo sano de las labores del empleado dentro de la empresa en tiempos acordes y sensatos, sin permitir que la productividad baje tampoco”, indicó Jairo Pinilla, director de Performia Colombia.

Cómo evitar que sea necesaria la presión

Es importante hacer una diferenciación. El trabajo bajo presión no es lo mismo que la productividad. Es muy diferente trabajar con estrés y presión mental, y trabajar duro para llenar una alta expectativa. La presión, es en gran parte una cuestión de percepción de la gente: depende de cómo el jefe ejerce la “presión”, de qué tanto le gusta el trabajo a la gente, y de qué tanto les gusten los retos en general.

Trabajar bajo presión como se ha entendido hoy en día implica una mejora en la productividad a cambio de daños en la moral, el estado mental y el estrés de las personas. Trabajar con una alta expectativa en un ambiente de alta productividad, trae una mejora en la productividad y mejora la moral de la gente”, comentó Pinilla.

Basta un cambio de enfoque, y un cambio de estrategia administrativa para hacer que esto funcione:

  • Enfoque: tome el trabajo como un juego, e introduzca elementos de juego en el trabajo en su empresa, para que todas las personas en la empresa comiencen a tomarlo de la misma manera. Si el trabajo es un juego, la presión se convierte en emoción si se supera. En el último minuto de un partido de fútbol intenso, la presión está al máximo, pero si su equipo logra ganar, la recompensa lo vale. Y aunque pierda, todos sus jugadores querrán redimirse y ganar a la próxima.
  • Estrategia: este es un complemento al punto del enfoque, pero es supremamente importante: ¡su juego necesita un marcador! Un partido de tenis no tiene sentido si no se cuentan los puntos, una partida de parqués no es divertida si cada vez que hace que llegue una ficha al final, se la devuelven a su base. Y la mejor manera de poner un marcador en una empresa, no es ni más ni menos que implementando un buen sistema de indicadores de gestión.

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