E-commerce en América Latina: crecimiento veloz, aún con desafíos

E-commerce en América Latina: crecimiento veloz, aún con desafíos
Argentina es uno de los mercados de comercio electrónico transfronterizo más sólidos y registra un alto potencial.

El comercio minorista online en la región crecerá un 22% anual hasta 2021.

DHL publicó un nuevo informe que enfatiza el potencial de crecimiento del e-commerce en América Latina, analiza las tendencias del negocio minorista online, las oportunidades y los desafíos para su desarrollo, y cómo la logística puede ser un catalizador para seguir acelerando el crecimiento en el sector.

Hoy en día, el comercio electrónico representa menos del 10% de las ventas minoristas globales y, sin embargo, ya ha impuesto las reglas de cómo se comercializan, distribuyen y venden los productos en todo el mundo. El estudio El e-commerce en Latinoamérica, prevé que el comercio electrónico crecerá a un ritmo anual del 22% en América Latina hasta 2021. La penetración varía según las categorías. Las principales son: libros y música (53%), electrónica (47%) y ropa (40% mujeres; 34% hombres).

El informe revela que China es hoy el mercado de comercio electrónico más grande del mundo. Junto con los Estados Unidos, son responsables de más del 70% de la demanda total de comercio electrónico: el 85% de los productos se entrega domésticamente; el 15% es transfronterizo. El resto del mundo (cerca de 200 países) representa el 30% de las compras minoristas de comercio electrónico. Para los clientes en estos mercados, cerca del 35% del comercio electrónico B2C se ejecuta a través de la frontera.

A nivel global, aproximadamente cada quinta transacción en línea es internacional y se espera que crezca entre un 25% y un 30% por año durante los próximos cinco años, casi el doble del ritmo del crecimiento total del comercio electrónico, con un pronóstico cercano al 14%. En América Latina, el 54,6% de los compradores de comercio electrónico realizan compras en sitios web extranjeros.

El mercado puede dividirse en tres segmentos bien diferenciados: los más grandes, como Brasil o México; los de tamaño medio, como Colombia, Argentina, Chile y Perú, y los más pequeños de América Central y el Caribe.

Son los mercados como el de Argentina los que ofrecen un potencial significativo para el crecimiento del e-commerce a nivel transfronterizo, ya que muchos minoristas pueden almacenar un inventario centralizado en los mercados más grandes o en hubs logísticos transnacionales y servir desde allí a varios mercados de manera relativamente rápida y a bajo costo.

América Latina se convertirá en el próximo hito en la revolución del e-commerce”, afirmó Matthias Heutger, jefe global de Innovación y Desarrollo Comercial de DHL. “El sector continúa relativamente subdesarrollado en la región, de modo que todavía existe una oportunidad significativa para que los minoristas afiancen sus posiciones en él y para que los operadores logísticos establezcan cadenas de suministro eficientes en materia de e-commerce a fin de consolidar su crecimiento futuro”.

El comercio electrónico ha traído grandes demandas y cambios a la logística, la cual es un componente crítico en el funcionamiento del comercio electrónico. Prueba de esto es el hecho de que los bienes y servicios digitales que se venden en línea en América Latina, que no requieren envío, distribución y entrega física, están creciendo de 1,5 a 2 veces más rápido que el comercio electrónico físico.

La inconsistencia en la facilidad y la rapidez del despacho aduanero, una mala cobertura de los sistemas de GPS y las dificultades de los atascos —combinadas con una infraestructura no demasiado buena para las entregas en la última milla, así como la complejidad de los procesos de logística a la inversa para las devoluciones— son posibles obstáculos para ese crecimiento.

Existen tres retos en la logística de comercio electrónico en Latinoamérica: liberación de aduanas (los procesos aduaneros pueden ser largos y tediosos, con procesos que no están diseñados para envíos particulares B2C), entregas de última milla (son impactadas por las congestiones de tráfico y los problemas de seguridad) y logística inversa (el comercio electrónico tiene un índice de retornos más altos que en ventas tradicionales, lo cual es una carga en costos para el comerciante, especialmente en ventas transfronterizas.

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