Diversidad e inclusión, desafíos para los espacios laborales

Diversidad e inclusión, desafíos para los espacios laborales
Que entre nuestras metas 2021 esté la de construir espacios diversos, inclusivos y libres de discriminación.Freddy Villalón Molina, Facility manager y Líder del Programa de Diversidad e Inclusión, Cushman & Wakefield Chile

Queremos alentar a que los lectores de todos los sectores se sumen a los esfuerzos y se comprometan a impulsar buenas prácticas en este contexto.

Hace unos días se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, sus derechos, la lucha de la igualdad de géneros y la visibilización de su rol en la historia y en la sociedad. Hoy podemos ver que ha habido avances al destacar la importancia de la mujer en los ámbitos sociales, pero aún se hace necesario gestionar y seguir impulsando la inclusión en los ámbitos laborales, un trabajo al que se deben sumar todas las industrias y sectores, con prácticas que hoy más que buenas, deben ser exigibles.

Entender e implementar procedimientos para garantizar la equidad de género, por ejemplo, a través de protocolos que cautelen los principios de una cultura inclusiva, es uno de los mayores desafíos que enfrentan hoy las organizaciones de todos los tamaños, en Chile y el mundo, independiente de sus rubros.

¿Cómo hacerlo? ¿Quiénes deben hacerse cargo de esta importante labor? ¿Cómo llevarla a cabo? Estos son cuestionamientos que toda compañía debiera estar haciéndose, idealmente, hace un buen tiempo; pero nunca es tarde para comenzar. En este contexto, en primer lugar, es esencial comprender que el compromiso de la plana directiva de las distintas empresas resulta fundamental.

Lo anterior, dado que el testimonio de cómo la diversidad, puesta en valor, permite finalmente convocar a diferentes perspectivas para fortalecer el negocio en el contexto del mercado, y brinda herramientas que permiten cambiar las percepciones y eliminar y/o disminuir los sesgos inconscientes. Sin embargo, eso no es todo, también es clave el papel que cumplen los colaboradores. Inspirar el compromiso de estos, en ese sentido, pasa principalmente por generar espacios para una comunidad libre de discriminación y donde se valore a cada uno por lo que realmente es, fortaleciendo su potencial personal y profesional.

Contemplar este escenario y los aportes que se pueden hacer desde cada área de las empresas es el positivo inicio para elaborar una política de diversidad e inclusión que pueda y tenga el gran desafío de abordar importantes pilares, como la equidad de género, el ámbito generacional, la discapacidad y/o enfermedad, el contexto cultural, la diversidad sexual, etc.

Se recomienda ir paso a paso, concretar un trabajo dedicado y productivo, por medio de talleres y capacitaciones que entreguen herramientas teóricas y prácticas en materia de diversidad e inclusión, dirigidas a los equipos de trabajo en todas las categorías de servicio. En ese camino, es ideal generar un espacio de confianza para trabajar con los conceptos desde una experiencia personal, permitiendo una reflexión individual y colectiva, para lograr una transformación de la cultura en cada organización.

Queremos alentar a que los lectores de todos los sectores se sumen a los esfuerzos y se comprometan a impulsar buenas (hoy por hoy obvias) prácticas en este contexto. No basta con generar una política, hay que preocuparse de gestionarla y llevarla a cabo, e ir siempre mejorándola. Este es un proceso depende de todos. Que entre nuestras metas 2021 esté la de construir espacios diversos, inclusivos y libres de discriminación.

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