Es momento de que la salud chilena profundice aún más el uso de TI para estar más preparados ante las emergencias.
La llegada del coronavirus a Chile sin duda pone a prueba el sistema de salud nacional. El gobierno ya declaró al país bajo estado de catástrofe y el número de personas que se encuentran contagiadas aumenta con los días. De acuerdo a las proyecciones del Ministerio de Salud, es esperable que el número de casos con COVID-19 se duplique cada tres días.
La experiencia internacional muestra que el control de esta crisis sanitaria requiere de la coordinación de los diferentes organismos públicos y privados. En este sentido, el acceso a información de calidad para la toma de decisiones se vuelve fundamental. Es aquí cuando la digitalización de la salud adquiere una importancia vital.
El registro unificado y detallado de la información de los pacientes se encuentra en la base del desarrollo de análisis estadísticos, data mining y machine learning aplicado al sector salud. Por ejemplo, la información digitalizada, usada en conjunto con sistemas de soporte a las decisiones clínicas (CDS), permiten combinar los datos con los conocimientos de salud para entregar mejores recomendaciones a los pacientes, aumentando la seguridad y personalización de los cuidados médicos.
Los digitalización de la información permite además reducir errores en las fichas médicas, estandarizar la información, evitar extravíos y facilitar el trabajo de investigación. Así mismo, la centralización de los datos permite realizar predicciones más precisas, focalizar de manera eficiente los recursos y crear campañas preventivas más eficaces.
Una de las mayores lecciones que ha dejado el COVID-19 a nivel mundial es respecto a la importancia de la información a la hora de enfrentar crisis sanitarias. Por esta razón es momento de que la salud chilena profundice aún más el uso de TI para estar más preparados ante las emergencias y entregar una atención de salud oportuna y de calidad a las personas.
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