COVID–19 y el triángulo de fraude activado

COVID–19 y el triángulo de fraude activado
El mundo aprenderá muchas lecciones de esta crisis actual.

Fraude en seguros en tiempos de crisis.

El virus COVID-19 está causando miedo, incertidumbre y dudas (FUD) en forma de bloqueos de países, escasez de papel higiénico, medicamentos y está afectando muchas otras áreas, incluidos los negocios.

Bien podría conducir a una recesión económica. Al igual que con cualquier catástrofe importante, los estafadores están buscando nuevas formas de hacer dinero. Las aseguradoras deben estar preparadas para el inevitable aumento del fraude que se produce en tiempos de crisis.

Es por ello que teniendo en cuenta esto, FRISS preparó este artículo específicamente para traer luz sobre este tema en este momento tan particular con la pandemia de COVID 19 entre nosotros.

Detectar el fraude no es una tarea fácil y requiere un conocimiento profundo sobre la naturaleza del fraude, cómo se puede cometer y cómo se oculta.

La gente no sólo se despierta un día y planea cometer fraude, existen motivos para hacerlo. En tiempos normales y en tiempos de crisis, es importante considerar los tres elementos necesarios para cometer fraude.

El triángulo del fraude

El criminólogo llamado Donald Cressey creó el Triángulo del Fraude en la década de 1950, sugiriendo que hay tres elementos para cometer fraude:

  • Racionalización: El individuo determina que está bien cometer fraude.
  • Presión: Algunos ejemplos son la angustia financiera, la adicción a las drogas o el juego, o el deseo de mantener un estilo de vida lujoso. 
  • Oportunidad: Esta es la capacidad no comprobada para cometer el fraude.

Presiones financieras

Con la situación mundial actual, la presión aumentará a medida que las empresas se encuentren en dificultades financieras no planificadas. Muchos no venden porque se ven obligados a cerrar sus puertas.

Otros ya están viendo una drástica caída de la demanda a medida que los consumidores dejan de viajar, comer fuera y reunirse en grandes grupos.

Como resultado, los propietarios de negocios podrían entrar en pánico y tomar medidas drásticas como quemar su edificio para cobrar una póliza de seguro o inflar el monto de los siniestros por la interrupción del negocio.

Para muchos, tiempos desesperados exigen medidas desesperadas. Hemos visto esto en recesiones económicas pasadas. Algunas estafas son obvias; para otras es necesario tener el ojo entrenado para detectar e investigar.  

Impacto en las aseguradoras

Las aseguradoras de seguros generales incurrirán en pérdidas de suscripción directamente como resultado del virus. Las fluctuaciones del mercado de renta variable y los recortes de las tasas de interés para limitar las consecuencias económicas también afectarán los ingresos de inversión. El impacto más inmediato será en la valoración de inversiones de capital y activos de renta fija.

Los siniestros ya han comenzado a manifestarse en industrias de nicho como la hotelería, el turismo, el transporte y el entretenimiento a medida que se cancelan viajes, reuniones de negocios y eventos, y más personas dan positivo al virus.

En este sentido, la racionalización puede ser más fácil que nunca, incluso para los denunciantes más “honestos”. Retorcer los hechos ligeramente para modificar un pago parece valer la pena cuando no hay otro remedio, o a pesar de saber que los términos de una póliza claramente establecen que un incidente en particular no está cubierto.

Cuidar a los clientes

En tiempos de crisis, las aseguradoras soportan la carga de cumplir su promesa principal: cuidar de sus clientes cuando más lo necesitan.

Cuando se enfrentan a pérdidas potencialmente devastadoras, cumplir con las expectativas puede ser un desafío. Las aseguradoras pueden actuar con mayor rapidez cuando están seguros de que no existe la posibilidad de que sus asegurados cometan fraude.

Automatizar la evaluación del riesgo y agilizar la detección de casos fraudulentos es un método probado para prevenir el pago de siniestros fraudulentos. Si bien esto produce impactos inmediatos y positivos en el resultado final de una aseguradora, su efecto secundario más importante es el pago rápido y seguro de siniestros legítimos.

A largo plazo, también da un mensaje claro de que las aseguradoras no toleran el fraude, estimulando el comportamiento honesto.

¿Qué sigue?

Al igual que casi todas las empresas, las aseguradoras se enfrentarán a una pregunta desafiante: “¿qué sigue?”. Mientras se reúnen los equipos de respuesta necesarios para manejar un gran número de siniestros, las aseguradoras también están haciendo el esfuerzo para movilizar las habilidades de los empleados y llevar a cabo negocios diarios desde sus oficinas en casa.

Además de las obvias dificultades de trabajar desde casa para aquellos que no están acostumbrados, también hay desafíos ocultos: redes Wi-Fi domésticas más lentas o congestionadas, acceso limitado a VPN y servidores de la empresa, y un desafío para trabajar en forma colaborativa entre equipos.

El mundo aprenderá muchas lecciones de esta crisis actual. Algunas lecciones se incorporarán inmediatamente, mientras que otras se aprenderán a lo largo de los años.

Las aseguradoras se enfrentarán a decisiones interesantes sobre lo que constituye un “negocio habitual” de ahora en más, ya que tanto sus clientes como sus empleados han visto la luz de nuevas posibilidades, nuevos desafíos y nuevas oportunidades para tener éxito.

Y no sólo serán las empresas que han encontrado nuevas formas para tener éxito, los estafadores también lo harán. Siempre lo hacen. Hemos aprendido que el mundo no estaba preparado para esta pandemia. ¿Estarás preparado para luchar contra los nuevos planes de fraude durante los próximos meses?

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