La innovación tecnológica ha tomado un ritmo vertiginoso en los últimos años, dando como resultado una informática omnipresente que abarca casi todos los aspectos de nuestras vidas.
Algunos informes de analistas de la industria prevén que para 2020 habrá 26.000 millones de dispositivos conectados. Si los combinamos con servicios en la nube, ofrecen increíbles oportunidades para las organizaciones de todo el planeta, y le dan al open source un rol fundamental en la transformación digital.
Las cuatro áreas del centro de datos (sistemas físicos, máquinas virtuales, y nubes privadas y públicas) emergen cada vez más como piezas complementarias de una infraestructura informática holística. De esta manera, más empresas desean usar, obtener y gestionar estas áreas como si fueran una.
Quieren contar con un rendimiento de las aplicaciones seguro y uniforme en todo el centro de datos y la nube. Los desarrolladores desean construir aplicaciones una vez y trasladarlas de un área a la otra; desean la flexibilidad de aprovechar las tecnologías que ellos prefieran y administrar todo esto de manera unificada. El open source puede hacerlo posible.
Durante el 2015 ha sido emocionante ver cómo se ha multiplicado el interés en los contenedores – los entornos virtuales ligeros que permiten ejecutar aplicaciones en cualquier lugar y en todas partes. En las conversaciones que mantengo con Directores de Informática y Tecnología frecuentemente mencionan el deseo de adoptar esta herramienta en sus organizaciones, a fin de optimizar la gestión y la implementación de sus aplicaciones en toda la empresa y al mismo tiempo reducir sus costos de infraestructura.
Nuestra realidad híper conectada necesita que haya más empresas que aprendan de sus colegas orientados al cliente y adopten una estrategia “los móviles primero”. Todo se reduce a la aplicación y los Directores de Informática están empezando a comprender esta realidad. Y a través del código abierto, las empresas ahora pueden dejar que sus aplicaciones sean ejecutadas libremente en toda la organización.
A medida que más empresas comienzan a liberar sus aplicaciones y hacen posible que sean ejecutadas en cualquier lugar, preveo que también desearán contar con más opciones de implementación en la nube. Algunas personas cometen el error de tomar esto como una lucha entre la nube pública y la privada. En cambio yo lo veo como alternativas complementarias: son simbióticas. La nube no es “una u otra”, sino “ambas”.
Creo que la mejor estrategia implica mantener la flexibilidad. El objetivo debería ser construir aplicaciones que puedan ejecutarse en múltiples nubes y en centros de datos locales. En todo caso, estamos siendo testigos de cuán rápido la era de la nube de vanguardia está reemplazando el enfoque heredado frente al software que, con el transcurso del tiempo, se ha tornado más costoso y frágil.
El progreso alcanzado con las soluciones de nube pública y privada presenta una oportunidad significativa para las organizaciones. Las implementaciones de OpenStack de producción están cobrando impulso y creo que ha logrado posicionarse como la plataforma de nube privada por excelencia.
La seguridad, si bien no es una prioridad nueva, sigue legítimamente al frente de nuestra atención para el ámbito empresarial. A medida que implementamos nuevas tecnologías como son los contenedores, la seguridad se presenta como un elemento complejo y en constante evolución. Es por eso que todos continuaremos obsesionados con este tema, con la mira puesta en impulsar cambios para desarrollar infraestructuras cada vez más seguras.
Cuando pensamos en el año 2016 y más a futuro, es fundamental que nos demos cuenta de que hoy estamos construyendo el legado de TI del mañana. La próxima generación de tecnólogos heredará las decisiones que tomemos hoy, tal como nosotros hoy lidiamos con las decisiones que tomó la generación anterior.
El código abierto ofrece la variedad más amplia de opciones con vista al futuro a medida que traslada cada vez más aplicaciones de la empresa a la nube. Sin dudas, la oportunidad que tenemos ante nosotros es extraordinaria y me entusiasma saber que en 2016 nos esperan grandes progresos facilitados por la transformación digital.
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