¿Cómo cubrirse ante una devaluación?

¿Cómo cubrirse ante una devaluación?
Ante un escenario de incertidumbre, la clave es elegir la herramienta adecuada para sobrellevar el contexto actual.

En un escenario de incertidumbres y restricciones, la búsqueda de cubrirse ante una eventual devaluación oficial es un planteo de cada empresa.

En las últimas medidas adoptadas por el BCRA a fines de junio se anunció un endurecimiento del cepo, limitando el pago de importaciones hasta el 30 de septiembre, con excepción de bienes de primera necesidad. Esto causó que muchas empresas enfrenten el problema de mantener pesos en cartera a la espera de la autorización para transferirlos al exterior. Bajo esta situación y en un contexto de alta volatilidad, elegir la estrategia de cobertura ideal o más adecuada es la inquietud que afrontan las pequeñas, medianas y grandes empresas en Argentina.

La primera recomendación siempre es tratar de reducir el riesgo al que se está expuesto, en este caso la devaluación oficial. Ante un escenario altamente volátil y lleno de incertidumbre, no cubrirse no es una opción. Dentro del mercado de capitales existen distintos instrumentos que permiten mitigar el riesgo cambiario de manera indirecta, por ejemplo: bonos dollar-linked, obligaciones negociables y fondos comunes de inversión (FCI). No obstante, la herramienta más adecuada son los futuros de dólar.

Los futuros permiten apalancar la posición, ya que para comprar 1 contrato de dólar (equivalente a 1.000 dólares) se necesita aproximadamente el 20% de dicha posición para entregar en garantía. Es decir, para cubrirse ante una devaluación oficial, no es necesario desembolsar el total de la posición, sino sólo un 20%. Actualmente los futuros de agosto están en torno a los $141,6 y la correspondiente a septiembre en $151,9, con tasas nominales implícitas de 84,5% y 89,4%. Cada postura vence el último día hábil de cada mes y su ajuste se realiza contra el tipo de cambio de referencia comunicación A 3500 (mayorista).

Otro interrogante que se plantean las empresas ante estas restricciones, es qué hacer con los pesos disponibles, al no poder girarlos al exterior. Entonces, una vez hecha la operación de cobertura, el armado de la cartera es otra cuestión. Los únicos instrumentos a tasa en pesos cercanos a las implícitas de Rofex son las LEDES o LECER, con rendimientos aproximados al 60% de TNA. Entendiendo que estos títulos incorporan otro riesgo, que es la exposición al sector público, se sugiere distribuir el capital disponible del siguiente modo: 25% en LEDES de igual vencimiento que la posición de Rofex; 25% en plazos fijos al 50% TNA; y el 50% restante distribuidos en cauciones y FCI Money Market o T+0 libres de riesgo, con un rendimiento promedio de 39/40%.

Una vez armada la estrategia, si se proyecta la devaluación oficial acumulada del año en torno al 47% y se compara con los niveles de las tasas implícitas del mercado de futuros de Rofex y el rendimiento de la cartera sugerida para tal fin, aún así se obtendría una diferencia positiva cercana al 1 o 2% como resultado total de la operación.

Es importante resaltar que la cobertura no debe ser analizada en términos de ganancias o pérdidas, sino como la decisión de disminuir al máximo el riesgo al cual se está expuesto. A modo ilustrativo, sería como pagar el seguro del auto todos los meses: si el titular no sufre un accidente, no lamentará haber pagado. La estrategia de cobertura con futuros funciona de igual manera.

Por lo tanto, para ganar certeza ante un contexto con incertidumbre, tanto en precios de las variables mencionadas como en regulaciones sobre algunas operaciones, es recomendable utilizar algunas de las estrategias de coberturas que ofrece el mercado de capitales.

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