La conveniencia juega en contra de la adopción de este tipo de tecnologías, dejando de lado la especulación para convertirse en algo seguro y beneficioso para los usuarios.
Los análisis del mercado financiero indican que las transacciones por tarjeta de crédito llegarán a 55% a nivel mundial en 2020 y los pagos móviles a 148 mil millones de euros para 2021, siendo evidente que en esta evolución son las nuevas generaciones, como los millennials, los que están determinando las nuevas formas en que se relacionan con las instituciones.
Los nuevos consumidores están hiperconectados, no conciben el mundo sin internet y consideran el smartphone como una extensión corporal. Si consideramos esto y le sumamos la desconfianza en las empresas, se puede inferir que demandan servicios digitales más estables, seguros, transparentes e interoperables y, en particular con las entidades financieras, les obligan a tener conversaciones mucho más fluidas y a través de diversos canales: físicos, móviles y digitales.
Los argentinos somos adaptadores tardíos de ciertas tecnologías, sobretodo las que tienen que ver con el uso del dinero, es una cuestión cultural la desconfianza, ya que al no poder palpar o ver el dinero, las transacciones virtuales y el ahorro se hacen difíciles de asimilar (que no sea la tranquilidad de tenerlos debajo del colchón), de hecho hoy en día la gente le escapa también a los bancos que ya dieron probados indicios de en tiempos de tranquilidad económica son confiables.
Son seis las principales demandas de los nuevos consumidores y que se espera generen un impacto positivo en la oferta financiera de los próximos años:
- Aceptación: “quiero estar seguro de que mi método de pago siempre será aceptado en todas partes, por todos los comercios”
- Simplicidad: “los pagos deben ser convenientes, sin fricción y no demasiado complejos”
- Seguridad y confianza: “quiero proteger mi información personal y el acceso a mi cuenta, por lo que necesito seguridad para mis pagos y datos”
- Velocidad: “el proceso para hacer el pago no debería detenerme.
- Predictibilidad: “los pagos deberían funcionar igual donde quiera que vaya”
- En Control: “quiero poder elegir cómo pago y mantengo el control de mis pagos y datos, administrar credenciales, límites, canales, comerciantes y destinatarios”.
Argentina como en muchos casos es motivo de un análisis diferente al contexto global, en principio por los vaivenes económicos que nos aquejan (un día complejo de transacciones de moneda extranjera, derrumbo por adrede o por inoperancia los sistemas que hacen que el mercado bancario fluya de manera simple gracias a la tecnología).
Desde el punto de vista tecnológico e infraestructura, Argentina está preparada para afrontar estos cambios de paradigmas en el uso de las innovaciones tecnológicas, de hecho exportamos talentos y soluciones donde la adopción de estas soluciones están mas desarrolladas, mas allá de esto, culturalmente no logramos imponer usos más simples. La conveniencia a veces juega en contra de la adopción de este tipo de tecnologías ya que deja de lado la especulación para convertirse en algo seguro y beneficioso para los usuarios.
Como especialista en la industria de pagos y servicios transaccionales, estoy convencido de que el uso de nuevas tecnologías es clave para apoyar y contribuir al éxito de todos los negocios y servicios administrativos en un mercado en constante evolución, en el cual Latinoamérica tiene que acelerar su uso, sobre todo para contribuir a un mercado más transparente.
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