El teletrabajo presenta ventajas indiscutibles, pero está en nosotros como personas y en las empresas como gestoras, dar cabida a esta nueva cultura.
En pocos días se cumplirá un año desde que se declaró la emergencia sanitaria en Chile. Desde ese punto hasta la fecha nos hemos tenido que acostumbrar a esta nueva normalidad que es el teletrabajo. Algunas empresas lo han adoptado como política, mientras que otras se ven más resistentes.
Sin embargo, las cifras actuales nos reflejan qué ha pasado con esta nueva modalidad laboral en el último tiempo. La UC, por ejemplo, elaboró el informe “Beneficios y Consecuencias del Primer Año de Teletrabajo en Chile” donde se reveló que un 85% cree que su trabajo puede efectuarse de forma remota, pese a que el 73,1% nunca lo había hecho.
A las cifras anteriores, podemos agregar también el aumento en el uso de herramientas que antes eran poco comunes; el 97,1% ha utilizado Zoom, el 85,8% Google Meet, el 70% Microsoft Teams, un 65,1% las conferencias grupales de WhatsApp y el caso de Skype, que antes de la pandemia era la más usada, disminuyó y solo un 30,1% dijo utilizarla ahora.
Sin más, hoy vemos un cambio en términos blandos, como el uso de tecnología, adaptación de los colaboradores y las empresas, pero ¿realmente tenemos una cultura de teletrabajo en Chile? El desafío hacia adelante, en un contexto donde el Home Office vino para quedarse, es instaurar en nosotros mismos la cultura de trabajar a distancia, menos horarios y más metas, menos reuniones y más correos precisos y concisos.
El teletrabajo presenta ventajas indiscutibles, pero está en nosotros como personas y en las empresas como gestoras, dar cabida a esta nueva cultura. Dentro de las ventajas de este, un 20,8% aseguró haber mejorado la comunicación con sus clientes o proveedores, frente al 19,4% que considera que empeoró y el 59,8% que se mantiene igual.
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